martes, 25 de octubre de 2011

Otoño

Hace unos días he tenido uno de eses momentos de los cuales he hablado en mi presentación.
Regresaba de una caminata que me llevo hasta la playa;tras dos horas de chapuzon y baños de sol, volvía a casa ,bordeando el río de mi ciudad, pequeño, humilde y sinceramente, mal cuidado:poco menos que un "riajo" dirían algunos, sin mercerse el nombre, y nada me inspiraba su presencia, pero al doblar un recodo ,con la mente en blanco, en ese estado que sólo los aficionados a las largas caminatas en silencio pueden comprender mis ojos se posaron en un árbol grande , fuerte poderoso cuyas ramas se despojaban poco a poco de sus doradas hojas en una danza ligera  y sensual bajo el influjo de la suave brisa del caluroso mediodía .
Fue ese el momento:ante mí se transformó en una bella dama, tímida, recién desposada, desnudándose lenta y armoniosamente sus galas de boda ,esperando a su esposo-amante, el Invierno,que la abrazará, envolviéndola en su manto blanco de nieve e inundarla con sus fértiles aguas fecundando sus entrañas para que en la próxima primavera, vuelvan a brotar de sus bellas ramas las hinchadas y verdes yemas de un esperanzador ciclo de vida ; el eterno morir y renacer que nos hace sentir un poco más serenos cada día ; promesa de un volver a empezar y tener otra oportunidad en nuestras vidas.
Pero hasta que eso suceda ,nos regala con sus colores ,rojos , tostados , amarillos,  marrones ......y sus frutos otoñales ,presente de prometedores dones que en el siguiente ciclo natural , la Madre Tierra  regalará .


¿Sabremos merecerlos?.